Fuente: Chaval.es en la Red
Una de las principales ventajas es la posibilidad de estar en contacto permanente con él. Un smartphone, a pesar de que ofrece multitud de opciones, es fundamentalmente un teléfono. Y poder comunicarse con tu hijo, o que él pueda hacerlo contigo ante cualquier imprevisto, es un motivo para muchos con el suficiente peso para desnivelar la balance a favor de la compra.
Sin embargo, un smartphone también tiene intertnet. Y muchos padres consideran que el acceso a internet ofrece más riesgos que ventajas. Para empezar, se acabó el controlar en qué páginas entra o deja de entrar el menor teniendo el ordenador en el salón. Al tener un smartphone, el menor puede acceder a internet desde cualquier lugar y en cualquier momento. ¿Demasiado riesgo?
Muchos expertos aseguran que el problema no son las opciones que ofrece un smartphone, sino el uso que se le da. Así mismo, también declinan hablar de edades mínimas para tener un dispositivo con internet, ya que aseguran que depende de la madurez del menor. Una niña con doce años puede estar preparada para tener un smartphone y un chico de catorce, no. No se trata de la edad, sino de la educación y los valores que tenga el menor. De su capacidad de aprovechar una herramienta en vez de utilizarla de manera inadecuada, bien por desconocimiento, bien por una actitud dañina, como podría ocurrir en los casos de ciberacoso.
Y es que el hecho de tener acceso a internet no puede ser calificado como un riesgo. Al contrario, bien podría ser una oportunidad. La Red ofrece una gran cantidad de información y excelentes herramientas online para los escolares, por ejemplo. Existen numerosas aplicaciones educativas y un sinfín de páginas web y apps de ocio interesante y sin riesgos para los pequeños. Una vez más, depende del uso que se vaya a dar a ese smartphone lo que hará que se convierta en una herramienta útil o peligrosa para el menor. Y en ese sentido el papel de padres, madres y docentes es fundamental.
Por ejemplo, la práctica del sexting se está extendiendo entre los adolescentes del todo el mundo. Se trata de una práctica muy peligrosa y los menores deberían conocer su enorme riesgo. Pero, en muchas ocasiones, los menores se ven solos ante el peligro. Se les pone en las manos una herramienta con muchas posibilidades pero no se les informa de las prácticas de riesgo o de las consecuencias que pueden tener determinados actos. El problema es que, en muchos casos, los adultos desconocen los riesgos a los que se expone un menor en Internet, por lo que es complicado que puedan asesorar a sus hijos sobre estos peligros.
Por eso, expertos como Carlos Andreu aseguran que padres y madres deben asumir la responsabilidad de formarse en TIC para ayudar a sus hijos a utilizar bien las herramientas. Oliver Tausté y pere cervantes, autores del manual ‘Tranki Pap@s’, también defienden la idea de que los adultos se formen para poder guiar a sus hijos, aunque recuerdan que son los menores lo que tienen que ganarse su derecho a tener libertad en Internet.
Por tanto, a la hora de pensar si es buena o mala idea regalar un smartphone a tu hijo, quizás sea bueno que te hagas las siguientes preguntas: ¿Está mi hijo capacitado para navegar por Internet sin supervisión? ¿Conozco realmente los riesgos a los que se expone mi hijo? ¿Estoy dispuesto a enseñarle la manera adecuada de usar un smartphone?